La revolución puede estar a la vuelta de la esquina en la reproducción asistida por el papel que juegan los metabolitos para lograr el embarazo. Los ensayos en laboratorios, liderados por científicos españoles y de la Universidad de Texas , han dado prometedores resultados. Ahora faltan los ensayos clínicos.
Imagen de un embrión secretando cedida por Overture Life
¿Pero, qué son los metabolitos? Son moléculas que actúan como excelentes marcadores para diagnosticar enfermedades de los genes o las proteínas.
Y la ciencia de la metabolómica detecta y analiza los que se encuentran en el organismo, y ello permite diagnosticar o determinar el riesgo de padecer una enfermedad a largo plazo, como la obesidad o la diabetes..
En el caso que nos ocupa, la metabolómica “nos habla del estado de un embrión, de un ser vivo, porque nos está hablando del metabolismo de ese ser vivo”.
Así lo explica a EFEsalud el biólogo molecular José Antonio Horcajadas, corresponsable de una investigación que, afirma, “puede suponer toda una revolución para la reproducción asistida”.
Metabolitos + embarazo
Y la revolución, refiere, sería en tres órdenes:
La primera porque “por primera vez hemos dado con una técnica no invasiva a la hora de seleccionar el embrión que se va a implantar a la futura madre”.
La segunda porque “democratizaría bastante la reproducción invasiva”.
Y la tercera porque “aumentaría la tasa de éxito de embarazos muy por encima de los actuales porcentajes”.
“Tenemos mas de un 90 % de aciertos en embarazo, y hasta hoy lo máximo que se llegaba es a un 65 %”.
La investigación, liderada también por Santiago Munné, acaba de ser galardonada por su gran aportación a la medicina reproductiva en el 76 Congreso de la American Society for Reproductive Medicine (ASRM).
“A novel Non-Invasive Metabolomics Approach to Screen Embryos for Aneuplody”, así se llama el estudio, que propone una nueva forma de selección embrionaria sirviéndose desde el inicio de la reproducción asistida.
Saber cuál es el embrión sano y con mayor posibilidad de implantación, es la información que cualquier embriólogo desea saber para llevar a cabo un tratamiento con éxito.
Pero hasta ahora, los costes del Diagnóstico Genético Preimplantacional y sus riesgos (por ser una técnica invasiva para el embrión) han frenado el análisis masivo de los mismos.
“En este estudio planteamos dar un paso más. Nuestra idea no es sólo identificar los embriones con problemas cromosómicos sino también ese 30 % que aun siendo cromosómicamente normal (euploide), no implanta con éxito por otros motivos”.
Estudios previos habían sugerido que el metabolismo de un embrión ofrecía una información valiosa sobre su salud y su viabilidad.
“En el ensayo hemos hallado grandes diferencias de concentración de metabolitos en embriones cromosómicamente sanos y aquellos que tenían alguna enfermedad cromosómica”.
El medio de cultivo en el que se desarrolla el embrión, tras una Fecundación in Vitro (FIV) “es una fuente de información enorme”.

La huella a seguir
Los procesos celulares dejan una huella que estos investigadores han podido descifrar.
Así, indica Horcajadas, gracias a este estudio sabemos que la metabolómica “no sólo nos va a decir qué embrión es cromosómicamente normal (euploide) o anormal (aneuploide), sino que podría indicarnos su viabilidad en el embarazo”.
Y esta es la razón “por la que podríamos mejorar las tasas de éxito de la reproducción en un porcentaje importante, mediante un modelo predictivo”.
En la investigación se han analizado un total de 80 muestras de cultivo de embriones procedentes de ciclos de FIV en los que se han desarrollado los embriones entre el día 3 y el día 5.
Un paso clave en el trabajo fue aplicar varias técnicas estadísticas y de aprendizaje automático, para identificar los metabolitos más importantes a utilizar como biomarcadores.
Los dos investigadores de Overture Life, una compañía biotecnológica americana con sede en España, preparan ahora un nuevo estudio internacional, multicéntrico y randomizado con clínicas españolas y de EEUU.
El ensayo clínico va a durar entre 3 y 6 meses y se espera que para junio esté finalizado.
“Van a ser miles de ciclos, cada ciclo son unos cuatro embriones, estamos hablando de 3.000 o 4.000 embriones por año, y eso es muchísimo”.
En los últimos diez años , concluye Horcajadas, se ha publicado mucho sobre la metabolómica, pero la tecnología no permitía que los resultados obtenidos con anterioridad sirvieran de forma clínica para seleccionar embriones y poder predecir un embarazo y si genéticamente el embrión era correcto.
Lo que ha cambiado fundamentalmente es la tecnología, “y nosotros trabajamos en colaboración con la Universidad de Texas, donde tenemos un equipo de una precisión y resolución altísima, de los que hay muy pocos en el mundo”.
Con este equipo se recoge el medio de cultivo en el que está el embrión creciendo “y obtenemos más de 5.000 metabolitos, que tienen muy poco peso molecular y son muy estables, y nos hablan sobre la viabilidad y la salud de ese embrión”.
Actualmente también están en plena fase de validación para poder reconocer esos metabolitos en otras máquinas.
Para ello cuentan con la colaboración de la Universidad Pablo de Olavide, donde Horcajadas es profesor titular en excedencia.